Beneficios del aceite de oliva para la salud
Propiedades antitumorales del aceite de oliva
El aceite de oliva es un componente común de la dieta mediterránea. Estudios epidemiológicos han demostrado que la incidencia de diversas enfermedades, incluyendo ciertos tipos de cáncer, es relativamente baja en la cuenca mediterránea en comparación con la de otros países europeos o norteamericanos. El conocimiento actual indica que la fracción fenólica del aceite de oliva tiene efectos antitumorales. Además de su capacidad quimiopreventiva, gracias a su alta actividad antioxidante, se han estudiado los efectos antitumorales de los fenoles del aceite de oliva debido a su capacidad para inhibir la proliferación y promover la apoptosis en diversas líneas celulares tumorales, mediante diversos mecanismos.
El mayor exponente de grasas monoinsaturadas es el aceite de oliva, un componente fundamental de la dieta mediterránea. El aceite de oliva es un zumo natural que conserva el sabor, el aroma, las vitaminas y las propiedades de la aceituna. Es el único aceite vegetal que se puede consumir tal cual, recién exprimido. El aceite de oliva es muy bien tolerado por el estómago. De hecho, su función protectora tiene un efecto beneficioso sobre las úlceras y la gastritis. El aceite de oliva activa la secreción de bilis y hormonas pancreáticas de forma mucho más natural que los medicamentos. En consecuencia, reduce la incidencia de la formación de cálculos biliares. Si bien todos los tipos de aceite de oliva son fuentes de grasas monoinsaturadas, el aceite de oliva virgen extra, procedente del primer prensado de las aceitunas, contiene mayores niveles de antioxidantes, en particular vitamina E y fenoles, gracias a su menor procesamiento.
Aceite de oliva contra el colesterol y la hipertensión
Se ha demostrado que el aceite de oliva tiene efectos beneficiosos en prácticamente todos los aspectos de la función, el desarrollo y el mantenimiento del cuerpo, incluyendo el desarrollo cerebral, la estructura ósea, la digestión, el proceso de envejecimiento, el estado de la piel y el cabello, el metabolismo y la formación de placa en los vasos sanguíneos. Actualmente existe abundante evidencia científica que confirma los beneficios del aceite de oliva para la salud. Se ha demostrado que una dieta rica en aceite de oliva, baja en grasas saturadas, moderadamente rica en carbohidratos y fibra soluble proveniente de frutas, verduras, legumbres y cereales es la opción más efectiva para las personas con diabetes. Ayuda a reducir las lipoproteínas de baja densidad (LDL), a la vez que mejora el control del azúcar en sangre y aumenta la sensibilidad a la insulina. Un consumo elevado de aceite de oliva parece mejorar la mineralización y la calcificación ósea. Favorece la absorción de calcio, por lo que desempeña un papel importante en la ayuda a quienes la padecen y en la prevención de la osteoporosis. Además, algunas investigaciones han demostrado que el aceite de oliva puede prevenir e incluso revertir la pérdida de memoria que acompaña a muchas enfermedades. El aceite de oliva también es conocido por ser suave para el sistema digestivo e incluso puede ayudar a prevenir los cálculos biliares y aliviar las úlceras. Los polifenoles presentes en el aceite de oliva son potentes antioxidantes que protegen el colesterol LDL (el tipo de colesterol potencialmente dañino) de la oxidación (daño causado por los radicales libres). Solo después de oxidarse, el colesterol LDL contribuye al desarrollo de la aterosclerosis. Por lo tanto, el aceite de oliva ayuda a prevenir la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares.